Recientemente realice un viaje, para mi rutinario, ya que no era la primera vez que visitaba la "Centinela del Sur" por lo que no debia ni ser muy largo ni complicado... Mas la realidad fue otra, el estado del vehiculo dejo mucho que desear, el trato del "oficial" fue descortes, el conductor se dedico a llenar el vehiculo de pasajeros (como si fuera metrosardina), despues se acordo que el carro podia ir a mas de 120 kilometros por hora, tanto que casi articula el bus con otro que iba delante, luego se le ocurrio parar a comer y de remate un par de horas antes de llegar a Guayaquil se daño... Todo mientras recogia a un grupo de partisanos, alcoholizados (quien sabe que estarian celebrando) y una de ellos, vomito sobre mi compañero de asiento... un viaje que resulto muy muy largo, yo, que estoy acostumbrado a viajar, a ver la carretera desde mi ventana y deleitarme con los precipicios, tuve que soportar el "olor" del vomito de borracha, casi 7 horas y sin que el "oficial" intente remediarlo...
Definitivamente la "clausura" de este viaje sera para no olvidar... contrario al resto del viaje, productivo, interesante y educativo...
La Centinela como siempre tan cortes, diligente, cordial y educada, esperando que la visiten...
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