Parte del precio de vivir en "sociedad" consiste en "compartir" con otros seres humanos nuestros espacios, clasificamos a las personas de acuerdo al espacio común, tenemos compañeros (de escuela, trabajo, etc.)siempre impuestos, no hay opción a escoger entre la gama de compañeros; tenemos familia (propia, primos/as, tíos/as, sobrinos/as, política, cuñados, suegros), que tampoco podemos escoger, y a veces vienen en combo y nos toca asimilar o ser asimilados; amigos/as que comparten un espacio mas intimo y solidario, a quienes podemos escoger y DAR el privilegio de compartir con nosotros; y tenemos vecinos, a quienes generalmente tampoco podemos escoger y que si contamos con algo de suerte, nos ayudaran a salir de problemas o nos crearan otros...
Sobre este ultimo grupo, los vecinos, tenemos de toda fisionomía, altos, bajos, gordos, flacos, jóvenes, viejos, etc... (mis favoritas serian jóvenes, delgadas, solteras, heterosexuales y con buen trabajo), con distintas maneras de pensar (cuando lo hacen) y con diferentes formas de ver el mundo.
Son como una lotería, si te llevas bien con ellos estas del otro lado y lograras en el corto o mediano plazo convertirlos en amigos; pero también existen los otros, los que no quisieras tener de vecinos...
Al vivir en un edificio de departamentos, es común que aunque no quieras escuches parte de sus diálogos, en mi caso, aunque me ponga tapones en los oídos tendría que escucharlos, debido a que se los de arriba se la pasan gritando (y golpeando) al hijo que tienen, en mas de una ocasión se les ha reclamado -desde abajo por supuesto- y se han tomado el trabajo de venir a quejarse... lección aprendida, si no eres policía, no te metas en líos con menores... para eso existe DINAPEN.
Las de abajo... en cambio juegan mucho al chantaje emocional... no se quien se sabe mejor las reglas del juego, pero cuando alguna descubre que le están haciendo trampa, empiezan los gritos y reclamos (de nuevo recurro a los tapones) familiares, digno de novela de Corin Tellado, las lamentaciones, las acusaciones de odio y el dolor acumulado, sumado a los problemas económicos y las intrigas; lo mas cumbre es que reclaman por el volumen de mi televisor... si se preocuparan en dejarme escuchar la tele en vez de hacerme saber sus múltiples problemas estaría mas cómodo... se que comparada con esos dos ejemplos mi familia es una joya reluciente...
Me pregunto, cuando me cambie, como serán mis próximos vecinos???
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